Estamos a unos dÃas de que inicie una de las temporadas más llenas de color de todo el año, esto gracias a la floración de algunas plantas, uno de los regalos más hermosos de nuestra madre naturaleza.
Y es que es inevitable no sentir que hasta el estado de ánimo nos cambia, al ver los majestuosos árboles violetas que alegran nuestros paseos y recrean nuestras pupilas. Efectivamente hablo de las espléndidas jacarandas y, aunque es un espectáculo efÃmero, alegran con su presencia nuestro andar a tal grado que se han convertido en sÃmbolo caracterÃstico de algunos lugares.
Estos árboles no son originarios de nuestro paÃs, lograron prevalecer en estas tierras debido a su capacidad de adaptación. Llegaron a México gracias a un emigrante japonés llamado Tatsuguro Matsumoto quien trajo el árbol de Sudamérica y quien se encargó de cultivar este árbol por doquier.
La especie de jacaranda que crece en nuestro paÃs se llama jacaranda mimosifolia y puede llegar a medir hasta 20 metros de altura, son muy resistentes a la contaminación y además absorben el plomo del ambiente, ¡solo asà podemos entender, por qué hay tantas en la Ciudad de México!
Las jacarandas son árboles que no solo logran atraer miradas por sus tonalidades violáceas sino también atraen polinizadores por el néctar de sus flores y aunque es una flor que casi no tiene olor logra atraer a muchos organismos, lo que la vuelve importante para el ecosistema urbano.
Sin duda alguna, las jacarandas logran tener un gran impacto positivo ¡en casi todos los organismos que la rodean!
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