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Los gallos de pelea, divinos atletas de alto rendimiento son aves finas dedicadas al combate, por lo tanto, una pelea de gallos no es más que un combate que se lleva a cabo entre aves de la misma raza.
Desde tiempos muy antiguos, las peleas de gallos han existido como modo de entretenimiento y recreación. Durante la época de la colonia, cualquier acto político, festividad, natalicio, aniversarios y otros eventos, eran aprovechados para organizar todo tipo de diversiones para todas las clases sociales a las que asistían desde los virreyes y sus distinguidas familias hasta las clases más bajas, todos reunidos con una misma finalidad, ¡ser espectadores de las peleas de gallos!
Con el paso del tiempo y debido a la afición de algunos virreyes, se
construyeron los primeros palenques en la ciudad de México, por lo que
este juego ganó más adeptos. Durante las épocas de independencia y revolución,
esta actividad tuvo mucho más auge porque ya no solo se practicaban en la
ciudad sino también en el campo, en las fiestas de las haciendas, las fiestas
del pueblo, fiestas particulares y bajo el más mínimo pretexto. Se dice que, de
los aficionados más famosos, destacan personajes como Antonio López de Santa
Anna, quien fuera presidente de la República y los héroes de la revolución,
Doroteo Arango mejor conocido como Pancho Villa y el generalísimo Emiliano
Zapata.
Al poco tiempo, las peleas de gallos se convirtieron en una gran industria, pues se conjugaron dos elementos de gran importancia; uno, el temperamento de los mexicanos y dos, su vicio por el juego. Y fue gracias a ello que en contadas ocasiones esta práctica se vio amenazada con su prohibición, sin embargo, nunca se hizo posible.
Los gallos de pelea son criados como verdaderos “atletas de alto rendimiento”, pues a pesar de que su naturaleza sea de combate y en su fisiología llevan la bravura que los incita a pelear, deben ser atendidos bajo los más altos y estrictos estándares de alimentación, en donde también se echa mano de desparasitantes, vacunas, antibióticos, vitaminas y proteínas. La crianza de los gallos de pelea es todo un arte ya que independientemente de la alimentación, el manejo, las raíces genéticas, el historial de peleas del macho y el buen porte de una gallina, son elementos de suma importancia que deben ser considerados para obtener buenas crías.
Un gallo se cotiza dependiendo de su raza y su criador y puede costar entre los 2 mil y los 30 mil pesos. Los gallos además se deben preparar físicamente para fortalecer sus piernas, su lomo y sus alas. También se deben alternar entre estar encerrados y dejarlos un tiempo libres, de lo contrario, pueden estresarse o aburrirse y eso puede afectarles en su rendimiento.
Como verás, esta tradición tiene un sinfín de situaciones a considerar ya
que aunque parezca un simple juego, en realidad no lo es del todo porque hasta
opiniones encontradas a favor y en contra van a existir.
Lo que sí es un hecho, es que generalmente los mexicanos estamos muy
acostumbrados a esta tradición y es muy difícil concebir las fiestas patronales
de nuestros pueblos sin peleas de gallos. Así que si tú eres de las personas
que se quieren divertir sanamente y gusta de estas atracciones, considera en tu
próximo itinerario asistir a un palenque.
En una fiesta patronal de cualquiera de los municipios y poblaciones del
Estado de México, encontrarás muchísimas atracciones para todas las edades y,
sobre todo, para todos los gustos. Si a ti no te atraen las peleas de gallos,
bien podrías entretenerte en las exposiciones gastronómicas, ganaderas o textiles,
visitar los corredores de artesanías, acudir a los foros del pueblo, ¡en fin! No
te quedes sin disfrutar ni divertirte.
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