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Nuestro país es muy generoso para darnos de comer. En cada época del año, nos lucimos degustando platillos que solo en esta tierra podemos saborear y que desde la época prehispánica aún se conservan, uno de ellos es, los hongos, por lo que forman parte de una gran tradición, variedad y riqueza culinaria ¡qué no te debes perder!
Existen muchísimas variedades de hongos en el mundo y aunque no todos son comestibles puesto que algunos son venenosos, la mayoría de ellos sí lo son, siendo no solo riquísimos sino también nutritivos por la gran cantidad de proteínas, vitaminas, minerales y fibra que aportan a nuestro cuerpo. Lo mejor de todo es que son silvestres, porque crecen en el llano o en el monte, en los árboles, algunos en la milpa y otros en los magueyes, ¿ya lo sabías?
Los hongos no son plantas, son organismos independientes y nacen de una forma muy peculiar. No necesitan semillas para nacer, ya que lo hacen por medio de esporas que se esparcen por el ambiente o con ayuda de algún polinizador. Algunas personas dicen que ver nacer un hongo es uno de los fenómenos más maravillosos de la naturaleza, ya que se puede observar como la tierra va cediendo espacio al brote y apertura del sombrero del hongo.
Dentro de los hongos comestibles más comunes que se consumen en nuestro país, están los clásicos champiñones y los hongos setas, el hongo blanco, el hongo yemita, las escobetas, trompetas, hongo pante, el delicioso huitlacoche, entre algunos otros que varían no solo de forma y color (pues los hay desde blancos, cafés, grises, negros…), sino también de nombre dependiendo de la región.
La forma más común de prepararlos en esta región es, fritos; con ajo, cebolla, chiles chipotles y epazote para hacer el exquisito caldo de hongo, algunos como las escobetas se desmenuzan y se preparan en mole rojo con chile morita, clavo y canela. Los champiñones y el huitlacoche por lo regular se acostumbra en quesadillas, el hongo pante se puede asar en el comal… ¡en fin! Se dice que el sabor de algunos hongos es a pollo y otros a carne de res, pero yo creo que eso depende de cada paladar ¿no crees?
Pero ¿cómo se distingue un hongo comestible de un venenoso? Se dice que la forma más común de saberlo
es hasta que se guisan. Para ello se agrega un diente de ajo entero al guisado,
si este se torna negro, entonces se trata de hongos venenosos por lo que hay
que tener muchísimo cuidado. Caso contrario, si el ajo se encuentra bien de
color… a disfrutarlos con gusto ¡provecho!
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