Desde el inicio de la existencia de los hombres sedentarios, la agricultura fue una de las actividades económicas de mayor importancia y relevancia. Para ello, buscaban asentarse cerca de los climas más propicios, facilitando así el cultivo y obteniendo productos de calidad y de primera necesidad como es el maíz.
Pero, ¿qué pasaba con aquellos pueblos con climas áridos, poco fértiles y secos? Si bien algunos temas prehispánicos son un verdadero misterio, otros no dejan de maravillarnos, y es que cuando se trata de la tecnología empleada para esos tiempos y lo impresionante de sus obras, inmediatamente nuestra reacción es una sola: asombro. Diseño, creatividad, esfuerzo, y sobre todo, ingeniería de gran nivel.
Entonces y ante tales necesidades, se dieron a la tarea de construir desde pequeños canales de riego como los apantles, ductos y los impresionantes y monumentales acueductos, todos con la misma finalidad: transportar agua desde lugares donde esta nacía hasta los lugares donde se necesitaba. Pero para los lugares más alejados, se diseñó otro tipo de invento: los jagüeyes. ¿Tú sabes qué es un jagüey?
Un jagüey, conocido también como cajas, trampas o bordos de agua, es una fuente de agua, una estructura de tierra destinada a captar agua de lluvia, situado regularmente en lugares con pendiente o en depresiones propias del terreno. Es un bordo que se aprovecha para el riego, como abrevaderos (lugar donde bebe un ganado), y en algunos casos hasta para acuicultura (crianza de especies acuáticas), aunque originalmente era fuente de abasto para consumo humano, animal y doméstico.
En zonas de nuestro Estado de México, como en las localidades de Temascalapa: San Juan Teacalco, San Luis Tecuahutitlán, San Mateo Teopancala, Santa María Maquixco, por solo mencionar algunas, y en algunos otros tantos municipios como Otumba, Axapusco, San Martín de las Pirámides, San Juan Teotihuacán, incluso al norte del estado, el jagüey es ocupado meramente como abrevaderos y para el riego. Son ideales en algunos lugares para adelantar la siembra logrando obtener mejores cosechas ya que por la falta de lluvia, el temporal no siempre es benéfico. Además, una ventaja extra, es que estos jagüeyes pueden emplearse de forma permanente, siempre y cuando se les dé el mantenimiento adecuado, como el desazolve, o vaciándolos y llenándolos nuevamente para su limpieza.
Actualmente, ya no es muy común el uso de los jagüeyes. La implementación de drenaje y de sistemas hidráulicos han dejado atrás estas construcciones, sin embargo, para los lugares alejados aún son muy provechosos no solo por el agua que almacenan, sino porque a su alrededor es muy común observar enormes árboles como pirules y alcanfores, y además, a las orillas de los jagüeyes, crecen unas pequeñas yerbas y flores que sirven de alimento para las aves de corral.
Sin duda alguna, el jagüey hoy en día formará parte de la base para los proyectos sustentables, aunque claro, mejorados y perfeccionados, ya que estos servirán para enfrentar los problemas de la falta de agua en algunas comunidades y campos en un futuro no muy lejano.
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